jueves, 30 de marzo de 2017

EL ARTE DEL KOKEDAMA

El arte de kokedama apareció en Japón en la década de 1990. Estas bolas de musgo en las que crecen las plantas, tuvieron un  éxito inmediato en Japón y ahora empezamos a encontrarlas en Europa. Refinado y de mantenimiento relativamente fácil, el kokedama tiene todo los ingredientes para seducirnos.

Muy próximos a la naturaleza, los japoneses gustan de reproducir en su casa escenarios naturales donde las plantas crecen en un ambiente similar al natural. De ahí nace el bonsái y toda su tradición. El kokedama consiste en cultivar cierto tipo de plantas sobre unas bolas de musgo vivo rellenas de sustrato. El kokedama entronca con una serie de técnicas tradicionales japonesas como:
el Nearai, que consiste en el cultivo de plantas sobre un pequeño cuenco de arcilla o sobre una roca, donde el sustrato está prácticamente al aire.
el Kusamono, que consiste en los cultivos de plantas asociados al bonsái para indicar la estación del año, también se cultiva sobre un pequeño cuenco colocado sobre una antigua madera lacada.
el Bonsái, cultivo de árboles obligados a contener su crecimiento.

El kokedama siempre se instala sobre un soporte mineral: pizarra negro, pizarra verde, cerámica o bien sobre madera semi-preciosa o madera petrificada. Esta combinación de minerales y vegetales añade una nota muy moderna que hace referencia al jardín Zen japonés. La disposición a veces muy básica de las plantas sobre la esfera de musgo toma prestados los códigos del Ikebana, arte floral japonés. Las composiciones son a la vez simples y muy gráficas. Musgo o musgos, ya que se pueden usar diferentes especies de musgo, dando una forma muy natural.

El mantenimiento:
 dependerá del tipo de planta que se cultive, aunque hay unas normas generales y comunes a todos. Exposición a la luz, abundante pero no directa, es una norma común a todo cultivo de kokedama. La temperatura también irá en función de la planta concretamente cultivada, pero en general habrá que huir de fuentes de calor y frío artificiales, así como de las corrientes de aire.

El kokedama se riega por inmersión de la bola de musgo en un recipiente, una vez por semana en invierno y dos veces en verano o más dependiendo de la intensidad del calor y el grado de humedad ambiente. En verano será aconsejable pulverizar agua regularmente, con una botella nebulizadora, sobre la bola de musgo. El abono siempre será líquido y disuelto en el agua de riego, dicha di lución se hará con diez veces más agua de la recomendada por el fabricante para no quemar el musgo ni las raíces de la planta.


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